Con el afán de perder peso, luego de haber intentado diversos métodos sin obtener resultados fehacientes, muchas personas se someten a dietas rigurosas donde pasan largas horas sin comer y cuando lo hacen sólo ingieren reducidas cantidades de alimentos que no logran aportar los nutrientes que el cuerpo requiere, otras veces se utilizan medicamentos que reducen el apetito o que prometen quemar grasa sin esfuerzo alguno. Lo más preocupante de esto, es el hecho de que estos procedimientos en la mayoría de los casos carecen de sustento lógico, y lo que es peor, de la guía de un profesional de la nutrición.
La obesidad es un problema serio que no debe dejarse en meras opiniones de cualquier persona, o de impostores que prometen milagros sin la necesidad de esfuerzo. Esta enfermedad debe ser tratada por un especialista de la salud como el nutriólogo o el bariatra, que poseen la formación requerida para afrontar estos problemas y apangándose al cuidado de la salud y a una ética que no pretende atentar con la propia vida.
Las consecuencias de someterse a un tratamiento inadecuado para combatir la obesidad suelen ir desde la imposibilidad de reducir de peso y la frustración que esto conlleva, hasta serios problemas de salud, muchas veces irreparables. A continuación, se explican algunos de éstos.
Falsas percepciones sobre la obesidad y su tratamiento
Es muy común que socialmente se considere la obesidad como un problema menor, se le reste importancia a la enfermedad y se busquen "soluciones" rápidas, que de manera profesional ni siquiera son consideradas como tratamientos o como un recurso eficaz para erradicarla. La falta de información sobre este problema está tan extendido que quienes la padecen no son realmente conscientes de los riesgos.
Posible causante de trastornos de la conducta alimentaria
Llamamos trastornos alimenticios aquellos en los que se ve alterada la conducta a la hora de comer, ya sea que se consuman alimentos en exceso o que se prive de ellos. Aunado a esto, hay una distorsión de la imagen que la persona tiene sobre sí misma sobre su aspecto físico y lidia constantemente con el miedo de ganar peso. Sin duda la obesidad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar algún trastorno alimenticio.
Desnutrición o déficit de nutrientes
Algunas dietas son tan restrictivas que prohíben el consumo de ciertos alimentos, o se olvidan por completo de incluirlos, esto puede provocar anomalías en el funcionamiento natural del organismo, por ejemplo: algunas personas tras haberse sometido a una dieta rigurosa que aparentemente dio excelentes resultados, descubren poco tiempo después, que su sistema óseo se ha visto completamente desgastado a causa de una descalcificación, lo que puede ser el principio de una osteoporosis severa, otras veces la masa muscular se daña de tal manera que sufren desgarres por esfuerzos de mediana magnitud, pues la falta de proteína ha generado un tejido muscular frágil.
Puede provocar cambios en el metabolismo y generar estados de "resistencia" a la pérdida de peso
El metabolismo se adapta a diferentes situaciones a las que se somete al cuerpo, sin embargo la práctica indiscriminada y continuada de situaciones extremas pueden provocar un descontrol, provocando que posteriormente al organismos le sea más complicado eliminar peso de manera más fácil, pues es importante tener en cuenta que, por ejemplo, cuando el cuerpo se somete a largos ayunos asiduamente, éste tiende a almacenar más grasas para poder resistir durante el día, así, poco a poco se va ganando peso y por supuesto una condición física que se resistirá a la eliminación de grasas de manera más sencilla.
Aumenta el riesgo de enfermedades o accidentes cardiovasculares
Los cambios bruscos y continuos de peso repercuten de forma directa en el funcionamiento del sistema cardiovascular, responsable de problemas como infartos, arritmias, hipertensión arterial, enfermedades cerebro vasculares, insuficiencia cardíaca, entre otros. La intervención de tratamientos contra la obesidad sin la debida valoración son un riesgo inminente para el desarrollo de éstas.
La obesidad es una enfermedad seria, y por ello se requiere de la asistencia de un especialista, que luego de una valoración personalizada, puede proporcionar el tratamiento adecuado para combatir el problema. Si se desconoce la gravedad de la enfermedad y las repercusiones que tiene para la propia vida, es recomendable acudir a una valoración para revisar el estado en el que la enfermedad puede estar afectando nuestra salud.
Tratamientos como la cirugía bariátrica a través de procedimientos como la manga gástrica, el bypass gástrico o la colocación del balón intragástrico han tenido grandes resultados en la pérdida de peso y la mejoría de diversas enfermedades asociadas a la obesidad.
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